Chía para tener a raya la presión y la glucosa

Junto con el maíz, el frijol y el amaranto, la chía era considerada uno de los cultivos básicos para culturas prehispánicas del centro y sur de México. Los mayas y aztecas la usaban en distintos preparados nutricionales y medicinales. Para los aztecas era fuente de energía para travesías prolongadas y alimento para los guerreros. Para los mayas era uno de los cuatro cultivos básicos destinados a su alimentación.

Por ello, científicos del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) Unidad Irapuato, del Instituto Politécnico Nacional en México, decidieron comprobar a nivel molecular los beneficios que representa esta semilla, de manera que puedan ser empleados para el desarrollo de nuevos productos con alto valor agregado, y no solo se venda para el consumo directo, como actualmente se comercializa.

Chía para tener a raya la presión y la glucosa
| Foto: SHUTTERSTOCK

En información difundida por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), Octavio Paredes López, titular de la investigación, destacó que este tipo de análisis resulta importante para desterrar los mitos sobre el uso de la chía y proporcionar información certera sobre las propiedades que, tras un análisis científico, se han identificado en la semilla.

La investigación del Cinvestav reveló que la chía tiene propiedades nutracéuticas (término empleado para denominar a los alimentos que nutren y ayudan a prevenir enfermedades e incluso a controlarlas) relacionadas con la pérdida de peso, el control de presión arterial, actividad hipoglucemiante (disminuir los niveles de glucosa en sangre) y reforzar el sistema inmunológico.

La chía es particularmente rica en Omega 3 y 6, lo que la hace útil en el control de la presión arterial, además de contener fibras dietéticas, compuestos fenólicos y una alta concentración de proteínas, añadió Paredes López.

Para realizar los trabajos sobre la chía, el grupo de investigación hizo una selección de muestras del cultivo de todo el país provistas por agricultores y también cultivadas por los propios investigadores, las cuales llevaron al laboratorio para someterlas a diversos tratamiento a fin de sustraer sus proteínas y poder analizar sus biopéptidos (conjuntos de aminoácidos); entre otras evaluaciones.

Así, descubrieron el efecto inhibitorio de los péptidos de la chía contra una enzima del organismo conocida como “convertidora de angiotensina”, que está relacionada con la presión arterial y pudieron comprobar su capacidad reguladora de los azúcares de la comida, así como propiedades antioxidantes, debido a su concentración de compuestos fenólicos.

Sin embargo, el investigador aclaró que los beneficios de los componentes de la chía dependerán del material genético que se trate. Por ejemplo, la semilla en edad madura tiene propiedades nutracéuticas más activas para el control de peso, pero menor capacidad como antioxidante, por lo que son necesarios estudios más precisos al respecto.

Natural Medicines, empresa de investigación internacional sobre medicina alternativa, refiere que la chía se promueve por su alto contenido de Omega 3, 6 y 9. Estudios en animales indican que la chía puede disminuir el colesterol de la sangre, las lipoproteínas de baja densidad (LDL o colesterol "malo") y los triglicéridos, a la vez que aumenta las lipoproteínas de alta densidad (HDL o colesterol "bueno"). También puede tener actividad anticancerígena, sin embargo, los estudios en humanos son limitados.

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