En algunas ciudades cosmopolitas es habitual ver que en los parques, por la mañana, hay personas realizando su práctica diaria de tai-chi. En Asia el hábito es multitudinario, y la reflexión es obvia: si hay tantos que lo adoptan y parece darles tanta placidez ¡algo debe tener de bueno!
Aunque muchos creen que es una disciplina reservada a los mayores, este arte marcial desarrollado en China tiene millones de adeptos de todas la edades. Nació como una técnica de lucha cuerpo a cuerpo, pero se convirtió en una práctica física y espiritual, una meditación en movimiento que simula una lucha contra un contrincante imaginario, pero a una velocidad casi “cuadro por cuadro”. 
El tai chi propone relajar el cuerpo y modificar la postura para no recargar las articulaciones. Luego se hacen los ejercicios en forma fluida, que se van sucediendo uno tras otro y donde solo se tensan los músculos que intervienen. El resto queda relajado y se acompaña con respiración abdominal, que tiene una frecuencia más baja que la torácica.
Para practicar el tai-chi hay que intentar mantener la cabeza erguida y el cuello relajado, los hombros hacia atrás, el pecho elevado y la espalda derecha. La cintura y la región lumbar deben estar relajadas, y el peso del cuerpo se debe repartir en forma pareja. Los hombros y los codos quedan sueltos sin tensiones, para lograr movimientos fluidos, constantes, y siempre lentos, que ayudan a lograr una armonía entre el interior y el exterior.
Arthur Rosenfeld, master de tai-chi, explica que en este mundo de alta tecnología, donde todo tiene que ver con la velocidad y la búsqueda de gratificación instantánea, esta disciplina es un antídoto para traernos de vuelta a un equilibrio que nos mantiene sanos. Además hay estudios que demuestran que mejora el equilibrio y la atención, activa el sistema inmune y puede atenuar problemas de artritis, asma e insomnio. El Instituto Nacional sobre el Envejecimiento avala la opinión de varios pacientes, que aseguran que con el tai-chi han mejorado su equilibrio y flexibilidad.
Según una encuesta nacional realizada en 2007, hay alrededor de 2,3 millones de adultos en los Estados Unidos que han practicado tai-chi. Sin embargo, Jessica Matthews, una experta en fisiología del ejercicio de San Diego, California, aclara que no es una actividad perfecta o completa, ya que no comprende el ejercicio cardiovascular, que también es necesario para el organismo.
Algunas publicaciones aseguran que el tai-chi ayuda a bajar de peso, sin embargo ésta no es una consecuencia directa. Lo que puede ocurrir es que su práctica ayuda en el manejo del estrés, y permite controlar los ataques de angustia o ansiedad que pueden llevar a refugiarse en la comida, en la llamada “alimentación emocional”.
