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Diabulimia: un nuevo y terrible trastorno

La ecuación pareciera simple: no me inyecto insulina porque me engorda. Sin embargo, esta decisión puede resultar mortal para miles de jovencitas que padecen de diabetes tipo 1 y que están dejando de lado su medicación vital para no ganar peso.

La diabetes tipo 1 no es tan frecuente como la diabetes tipo 2, sin embargo, su incidencia es más alta en jóvenes: se diagnostican 15,600 nuevos casos cada año, contra alrededor de 3,600 de diabetes tipo 2, en la franja de edad de 6 a 24 años, según el reporte National Diabetes Statistics de 2011.

Diabulimia: un nuevo y terrible trastorno
| Foto: THINKSTOCK

Puntos clave

Entre adultos y jóvenes, cerca de 3 millones viven con diabetes tipo 1 en el país, según cifras de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).

En las personas con diabetes tipo 1, el páncreas no produce suficiente insulina, una hormona esencial para movilizar el azúcar en la sangre y transformarla en energía. Por eso, deben inyectársela a diario, explica la Biblioteca Nacional de Medicina.

Si bien uno de los síntomas de la diabetes tipo 1 es la pérdida de peso, en cuanto la persona inicia el tratamiento con insulina, lo recupera y supera rápidamente. Y ahí es cuando empieza a manifestarse el peso de la imagen.

Si bien no hay cifras oficiales que registren la magnitud de este problema, según el grupo de apoyo Diabulimia Helpline, las mujeres con diabetes tipo 1 tienen casi el triple de riesgo de padecer un trastorno alimentario.

Y aseguran que el 40 por ciento de las mujeres diabéticas de entre 15 y 30 años manipulan u omiten el uso de insulina para perder o controlar su peso.

Diabetes UK, una organización sin fines de lucro del Reino Unido, ya pidió a las autoridades sanitarias de ese país que incluyan a la "diabulimia" como un trastorno alimentario de dimensiones similares a la anorexia y a la bulimia.

Cathy Moulton, médica de la entidad, explica que el no inyectarse insulina puede resultar en una "catástrofe metabólica", que puede conllevar a la falla renal y hasta a la muerte.

Además, explica Moulton, la mujer que suspende su insulina para modificar su imagen corporal comienza a tener conductas anoréxicas, es decir también deja de comer, lo que combinado con la falta de insulina puede resultar mortal.

Y, sentencia la experta, cada vez más mujeres ponen en peligro sus vidas por verse más flacas.

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