Para qué sirve el masaje con ventosas de Michael Phelps

Durante su participación en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, el nadador estadounidense Michael Phelps robó la atención del público al aparecer con unos extraños círculos a lo largo de la espalda y parte de los hombros.

Aunque en un principio se especuló en redes sociales sobre algún tipo de golpe o enfermedad que habría derivado en los círculos, al final se dio a conocer que el 22 veces ganador de la presea dorada había recurrido al cupping para mejorar sus habilidades en la piscina.

Para qué sirve el masaje con ventosas de Michael Phelps
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De hecho, en uno de los anuncios de la marca deportiva Under Armour titulado “Rule Yourself “ aparece el atleta de 31 años, recostado y haciendo gestos de dolor mientras le colocan las ventosas ardiendo.

Esta técnica, conocida también como ventosaterapia, consiste en la aplicación de vasos de vidrio calientes sobre la piel para crear un efecto de succión mientras al mismo tiempo entra calor.

Según practicantes, el cupping ayudaría a relajar los músculos y evitar problemas como el dolor o la hinchazón. Además, podría promover la relajación física y mental, así como el bienestar.

Dicha forma de medicina, se remonta a por lo menos 2,000 años e incluye dos principales formas de aplicación: en seco, donde hay succión; y húmeda con sangrado controlado.

En ambos tipos, una sustancia inflamable como el alcohol, hierbas o papel se colocan en la ventosa para después prender fuego. A medida que el fuego se apaga la copa se coloca boca abajo en la piel del paciente.

Conforme el aire se enfría dentro de la copa se crea un vacío, lo que hace que los vasos sanguíneos de la piel se expandan y ésta se enrojezca. Por lo regular el tiempo de aplicación de las ventosas va de los 5 a los 10 minutos.

¿De verdad funciona?

Según la British Cupping Society este tipo de tratamiento no sólo ayudaría en problemas musculares sino en otros cuadros, tales como trastornos de la sangre (anemia y hemofilia); enfermedades reumáticas (artritis y fibromialgia); trastornos de la fertilidad y ginecología; problemas de la piel (eccema y acné); presión arterial elevada; ansiedad y depresión; y asma.

En tanto, un estudio realizado en 2012 y publicado en la revista Plos One reveló que el cupping podría tener un efecto placebo cuando se combina con otros tratamientos como la acupuntura, con medicamentos contra algunos tipos de herpes, acné, parálisis facial y espondilosis cervical. No obstante, en ambos casos no existen suficientes estudios que respalden tales hallazgos.

Aunque se considera una práctica segura si es llevada a cabo por un equipo preparado, puede traer consigo algunos efectos secundarios, tales como molestias, quemaduras, contusiones e infecciones en la piel.

En tanto, la British Cupping Society aconseja no emplearlo en mujeres que están embarazadas o se encuentran menstruando; en pacientes con cáncer en etapa de metástasis; personas con fracturas óseas o espasmos musculares.

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