¿Quieres dar placer a tu cerebro? Aprende idiomas

El estudio “El papel de la recompensa en el aprendizaje de las palabras y su implicacion en la adquisición del idioma”, publicado en la revista Current Biology, refiere que aprender nuevas palabras provoca la activación no solo de circuitos corticales de lenguaje, también del estriado ventral, una de las áreas principales dentro de los circuitos motivacionales y de recompensa.

Para llegar a dicha conclusión, los científicos realizaron resonancias magnéticas a 36 adultos, a quienes se les pidió llevar a cabo dos tareas mientras se les efectuaba el estudio para medir su actividad cerebral durante el proceso. La primera tarea consistió en aprender el significado de una nueva palabra deduciéndolo del contexto de dos frases y en la segunda debían apostar una cantidad de dinero que podían ganar o perder.

¿Quieres dar placer a tu cerebro? Aprende idiomas
| Foto: SHUTTERSTOCK

Las imágenes mostraron que en el momento en el que los participantes extraían y memorizaban correctamente el significado de una palabra nueva, aumentaba la actividad cerebral del estriado ventral, al igual que ocurría cuando ganaban dinero en la tarea de apuestas. Además, se observó que los participantes tenían mayor conexión con el área cerebral de recompensa durante la tarea de aprendizaje.

“El objetivo del trabajo era ver hasta qué punto aprender un lenguaje podría activar estos circuitos del placer y la recompensa. Por otro lado, que el lenguaje se haya podido sustentar en circuitos de este tipo es una hipótesis interesante desde el punto de vista evolutivo”, comentó Pablo Ripollés, uno de los investigadores en información difundida por la Universidad de Barcelona.

Este descubrimiento “pone en tela de juicio el hecho de que el lenguaje provenga solo de una evolución cortical o de mecanismos muy estructurados, y muestra un posible aspecto emocional en el desarrollo del lenguaje”, destacó Rodríguez Fornells.

Indicó que estos circuitos subcorticales están estrechamente relacionados con aquellos que ayudan a almacenar información. Así, aquellos hechos o informaciones que tienen asociados una carga emocional se fijan mejor y se memorizan más fácilmente.

La relación entre los circuitos cerebrales ya citados podría tomarse como punto de partida de nuevas teorías que quieran explicar cómo áreas motivacionales y de recompensa del cerebro pudieron influir en la aparición del deseo primitivo de aprender nuevas palabras y comunicarnos, concluyó.

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