Mirar gente atractiva es como una droga

Los científicos descubrieron que se activa la misma zona del cerebro (núcleo accumbens) involucrada en el sentimiento del placer y en la adicción que provocan la mayoría de las drogas.

En el estudio publicado en la revista Neuroscience y en el que participaron investigadores de la Universidad Complutense de Madrid, el Instituto de Salud Carlos III, la Universidad Rey Juan Carlos, los tres de Madrid y la Universidad de La Laguna, en Tenerife, se analizó las activaciones cerebrales que producían entre los participantes el ver imágenes de personas guapas y feas.

Mirar gente atractiva es como una droga

A los voluntarios se les mostraron 850 imágenes de personas que tuvieron que clasificar en muy guapas, muy feas y neutras. A través de una resonancia magnética se observó las activaciones cerebrales que cada una de las imágenes les producían.

Los investigadores descubrieron que alguien atractivo puede activar varias zonas del cerebro, como el “núcleo accumbens” y excitar las zonas mediales prefrontales, relacionadas, por ejemplo, con el amor pasional. "Se activan en un 70% las mismas zonas que cuando ves a alguien que amas".

“Estas áreas son las zonas mediales prefrontales, como el cíngulo anterior y el córtex orbitofrontal medial. Pero también un pequeño núcleo llamado "núcleo accumbens", explicó Manuel Martín-Loeches, autor principal de la investigación.

"Cuando una persona observa a otra muy guapa siente placer”, resaltó el investigador.

Al mirar a una persona atractiva el cerebro reacciona inmediatamente y en un instante el centro del placer es estimulado liberando dopamina, lo que causa una sensación de bienestar; al mismo tiempo el hipotálamo hace que se dé una excitación fisiológica y se genera el sentimiento de placer. Con pequeñas cantidades de dopamina la persona se siente bien, pero si los estímulos y las descargas de dopamina son abundantes y continuos, se producirá un efecto de mayor placer. El mismo que experimentan las personas que usan drogas.

El cerebro es el centro de control del cuerpo. Controla los pensamientos, la memoria, el habla y los movimientos. Regula la función de muchos órganos. Cuando el cerebro está sano, funciona de forma rápida y automática. Sin embargo, cuando ocurren problemas, los resultados pueden ser devastadores.

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