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¿Es posible borrar recuerdos no deseados?

"Nuestros recuerdos nos hacen quienes somos, pero algunos nos pueden dificultar mucho la vida", afirmó Courtney Miller Compass, autora principal del estudio del TSRI para alterar los recuerdos no deseados, publicado en la edición digital de la revista 'Biological Psychiatry'.

Miller Compass destacó que para la recuperación de adictos y personas que sufren de trastorno de estrés postraumático, los recuerdos no deseados pueden ser devastadores y aclaró que “a diferencia de la película ‘Eterno resplandor de una mente sin recuerdos’, estamos buscando estrategias para eliminar selectivamente evidencia de las experiencias del pasado relacionadas con el abuso de drogas o un evento traumático. Nuestro estudio muestra que podemos hacer eso en ratones sin dañar a otros recuerdos".

¿Es posible borrar recuerdos no deseados?
| Foto: SHUTTERSTOCK

Puntos clave

  • Científicos manipulan la corteza cerebral para borrar recuerdos no deseados
  • Descubrimiento tendría uso en el tratamiento de adicciones y traumas.
  • Inhibieron la polimerización de la actina en el cerebro.

Explicó que para generar un recuerdo en el cerebro se debe producir "una alteración de la estructura de las células nerviosas a través de cambios en las espinas dendríticas". Todo ello a través de la actina, una proteína presente en la infraestructura de todas las células.

En el estudio, Courtney Miller y su equipo de investigadores lograron borrar recuerdos inhibiendo la polimerización (proceso químico por el que determinados compuestos se agrupan dando lugar a moléculas de gran peso) de dicha proteína.

Esta inhibición se consiguió mediante el bloqueo de un motor molecular denominado miosina II en el cerebro de los animales, durante la fase de formación de recuerdos vinculados a una droga concreta, la metanfetamina. En las pruebas, los animales fueron entrenados para asociar los efectos gratificantes de la metanfetamina con un rico contexto de señales visuales, táctiles y olfativas. Posteriormente días más tarde y con la administración del inhibidor los ratones, mostraron una completa falta de interés cuando se encontraron con señales asociadas al fármaco. Al mismo tiempo, la respuesta a otras memorias, tales como recompensas de comida, no se vio afectada.

Las pruebas de comportamiento con roedores reflejaron que estos animales perdían de forma inmediata y persistente únicamente los recuerdos asociados con la metanfetamina. Los científicos sospechan que este efecto conseguido podría estar relacionado con la dopamina, un neurotransmisor de los centros de recompensa y placer del cerebro, aunque aún no han podido determinar con exactitud el mecanismo subyacente.

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Recuerdos falsos en el cerebro

En tanto, Neurocientíficos del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés), en Estados Unidos, demostraron que es posible implantar falsos recuerdos en el cerebro de ratones, y que muchos de los rastros neurológicos de estos recuerdos son idénticos en su naturaleza a la de la memoria auténtica.

Los resultados del experimento, publicados en la revista Science sugieren que la memoria del miedo se puede inducir por medios artificiales. "La mayoría de estudios tratan de acceder al cerebro desde el exterior; nosotros estamos tratando de estudiar el cerebro de adentro hacia afuera", afirmó Xu Liu, coautor del artículo.

Para implantar falsos recuerdos en los roedores, los investigadores identificaron las redes neuronales que forman las huellas conocidas como engramas (registros grabados a nivel celular que afectan al pensamiento y los sentimientos de una persona) y las estimularon usando una tecnología llamada optogenética, que permite activar o desactivar las células de forma selectiva usando la luz.

Construyeron dos espacios para que los roedores vivieran experiencias. Primero colocaron a los ratones en una cámara (A) sin ningún tipo de descarga eléctrica. Al día siguiente en otra cámara (B) se les aplicó una descarga leve. En el momento de la descarga, se usó la luz para activar las células que codifican el recuerdo de la cámara (A). Al tercer día, se colocó a los ratones en la primera cámara (A), y éstos se paralizaron de miedo a pesar de que allí no habían vivido la experiencia de la descarga eléctrica. Así, los investigadores implantaron un recuerdo falso.

Al colocar al animal en otro entorno diferente, los investigadores descubrieron que, al iluminar las células del hipocampo asociadas artificialmente con el miedo, podían reactivar el falso recuerdo a voluntad.

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