El rol del nervio vago en el desarrollo de los tumores gástricos es fundamental: las fibras de éste liberan un neurotransmisor llamado acetilcolina que permite a las células tumorales dividirse y proliferar. Un grupo de científicos estadounidenses y noruegos hallaron que es posible bloquear a través de inyecciones de toxina botulínica (Botox) la actividad del neurotransmisor para frenar este tipo de cáncer.
Este importante avance pertenece a científicos de la Universidad de Columbia y se publicó en Science Translational Medicine. 
"Nosotros queríamos saber más sobre el papel de los nervios en la iniciación y crecimiento del cáncer, centrándonos en el cáncer de estómago", dijo Timothy Wang, líder del estudio.
Ellos comprobaron en ratones con cáncer gástrico que el corte del suministro nervioso al estómago —ya sea interrumpiendo la transmisión en el nervio vago o inyectando Botox en forma local— bloqueó la liberación de acetilcolina y se frenó drásticamente el crecimiento de los tumores; además, hubo un aumento significativo en las tasas de supervivencia.
Las pruebas iniciales les permitieron observar que la técnica de inyectar toxina botulínica A en ratones con cáncer, se mostró tan efectiva como la cirugía en reducir el crecimiento del cáncer de estómago.
"Hemos encontrado que el bloqueo de las señales nerviosas hace que las células cancerosas sean más vulnerables, ya que se elimina uno de los factores clave que regulan su crecimiento", explicó Wang, refiriéndose al neurotransmisor acetilcolona.
Inicialmente utilizado en tratamientos cosméticos, donde el bloqueo de la acetilcolina ayuda a reducir las arrugas faciales, el Botox es ahora mirado con nuevos ojos en la medicina y podría formar parte de un recurso terapéutico importante contra el cáncer.
Los prometedores resultados de este estudio probado por ahora en laboratorio, impulsan que en Noruega comience un ensayo clínico en fase II en pacientes con cáncer de estómago.
Cáncer de estómago en EE.UU.
El cáncer de estómago afecta principalmente a las personas mayores: dos tercios de los pacientes con este tipo de cáncer son mayores de 65 años, para los cuales evitar el estrés y la anestesia de una cirugía sería fundamental.
Los factores de riesgo son la infección por Helicobacter pylori (H. pylori), así como ciertos padecimientos médicos y genéticos, tabaquismo, antecedentes familiares de cáncer de estómago, obesidad, una dieta rica en sal o alimentos ahumados y una dieta pobre en frutas y verduras, según el Instituto Nacional del Cáncer.
La cifras de incidencia y mortalidad general de cáncer de estómago en el país han disminuido en los últimos 35 años. Se calcula que en 2013, 21,600 estadounidenses fueron diagnosticados con este cáncer y alrededor de 11,000 murieron por esta causa.
Los índices de incidencia y mortalidad de cáncer de estómago varían de acuerdo al grupo racial o étnico y según el sexo: son mucho más bajos en las personas blancas no hispanas.
