De acuerdo con los hallazgos publicados en el New England Medical Journal, este compuesto químico mostró ser más eficaz para ayudar a los fumadores a dejar el cigarro que la terapia de reemplazo de nicotina.
En la prueba se dio seguimiento a 1,310 adultos fumadores diarios que llamaron a la línea de ayuda nacional en Nueva Zelanda. Los participantes fueron asignados al azar para recibir citisina durante 25 días o bien, ocho semanas de terapia de reemplazo de nicotina. Los participantes en ambos grupos también recibieron apoyo conductual telefónico Quitline.
Los resultados mostraron que después de usar citisina durante 25 días, un fumador tenía más probabilidades de dejar de fumar, en comparación con el uso del reemplazo de nicotina. "Los ensayos controlados con placebo mostraron que la citisina casi duplica las posibilidades de dejar de fumar en seis meses", destacó el Dr. Natalie Walker, autor principal del estudio en información difundida por la institución académica.
La citisina simula los efectos que tiene la nicotina en el cerebro, estimulando las señales de recompensa, alivia los deseos de fumar y reduce la severidad de los síntomas de abstinencia. “Si usted fuma mientras usa citisina será menos satisfactorio -haciendo más fácil dejar de fumar ", señaló el Dr. Walker.
Los autores del trabajo consideran que el precio más bajo de la citisina en comparación con la de otros tratamientos farmacológicos para dejar de fumar puede hacer que sea una terapia asequible en la lucha contra el tabaquismo a nivel mundial.
En Europa del este, la citisina está disponible bajo el nombre comercial de Tabex desde 1964. De acuerdo con cifras de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de EE.UU., alrededor de 45.3 millones de adultos estadounidenses fuman y el consumo del tabaco sigue siendo la causa principal de muerte, enfermedad y discapacidad prevenibles.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), advierte que el consumo de tabaco es uno de los principales factores de riesgo de varias enfermedades crónicas, como el cáncer y las enfermedades pulmonares y cardiovasculares.
El tabaco, según cifras de la OMS, mata cada año a casi 6 millones de personas, de las que más de 5 millones son consumidores del producto y más de 600,000 son no fumadores expuestos al humo de tabaco ajeno. A menos que se tomen medidas urgentes, la cifra anual de muertes podría ascender a más de 8 millones para 2030.
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