Cuando perder significa ganar

Testimonios de personas obesas o con sobrepeso demuestran que se ve afectada su autoestima. Expertos de la Clínica Mayo aseguran que esta condición emocional puede perjudicar varias facetas de la vida, como las relaciones con los demás y hasta poner en peligro el empleo y la salud.

A los 50, el argentino Gustavo Ameijeira se siente satisfecho con su nuevo físico, cambió su calidad de vida y ganó autoestima. También disfruta más de cada actividad, y hasta mejoró su golf, ya que al haber recuperado la flexibilidad y movilidad ¡cada día se luce más en los links! Bajó 132 libras (60 kg).

Le resultó difícil la etapa previa a su operación, donde hizo una dieta totalmente líquida durante 5 semanas. Ya pasaron 2 años y su organismo se adaptó perfectamente. Lo único difícil fue acostumbrarse a su nueva fisonomía porque dice que en 6 meses “estaba tan cambiado que sentía que no era yo”.

Esta cirugía se realiza por laparoscopía, donde se colocan grapas para reducir el volumen del estómago. Luego se conecta el estómago directamente al intestino delgado para disminuir la absorción de nutrientes. A su vez, como el estómago queda más pequeño, se come mucho menos.

La timidez se produce cuando una persona se siente inhibida ante diferentes situaciones sociales. Muchas veces teme ser evaluado por otros y que éstos hagan un juicio negativo. Este miedo lo puede llevar a restringir su actividad social y recluirse para evitar el contacto con sus pares.

Víctor Sahagún, de México, confiesa que la perseverancia lo ayudó a ganar bienestar, pero lo que más rescata es que siente más confianza en sí mismo. Hoy nota que es menos tímido y cree que puede lograr lo que se propone. “Estoy consciente de que estar bien es posible y depende de uno mismo”, revela. Bajó 50 libras (23 kg).

La dieta de Victor es licuado de frutas con fibra o cereales para el desayuno, 4 tazas diarias de té rojo, clorofila y almendras como colación, atún en agua con verduras y tostadas sin aderezos. Y nada de pan, grasas, azúcares y alcohol. De lunes a viernes, 45 minutos de cardio y si puede, pesas.

Está comprobado que la combinación de dieta y ejercicio produce una mayor pérdida de grasa corporal que si solo se controlan las comidas. Además, aumenta la masa muscular, el cuerpo se pone más firme y adquiere mejores formas. Esto aumenta la autoestima y mejora el carácter.

Un estudio realizado por el psicólogo Brian Gilmartin en la Universidad de Auburn, en Alabama, determinó que la llamada “timidez amorosa” se da cuando a una persona le resulta difícil entablar una conversación con alguien del otro sexo. Lo provoca la fuerte ansiedad de enfrentar esta situación.

Samuel Friedman, un joven de Filadelfia de 27 años, solucionó sus problemas de peso con actividad física. Esto puso fin a su estado depresivo, provocado por el acoso de sus compañeros de escuela, entre otras cosas. Al ganar confianza, se animó a hablar con las niñas. Bajó 100 libras (45 kg).

Un verano de 1999 llegó al campamento "Pocono Trails" y perdió 40 libras (18 kg); ahí descubrió que le encantaba la actividad física, que complementó con una alimentación saludable. Con el tiempo se convirtió en Director Deportivo de ese lugar, con más de 600 niños a cargo.

Sam cambió su estilo de alimentación, ya que confiesa que su dieta consistía solo en 5 cosas: pizza, queso, tortilla chips, hamburguesas y pasta. Con ayuda de una nutricionista incorporó platos saludables y nuevas formas de cocción, cambiando las frituras por preparaciones grilladas o hervidas.

La forma de preparar los alimentos puede ayudar a ahorrar calorías. Las carnes y el pollo es mejor consumirlos grillados, por ejemplo: un sándwich de pollo tendrá 10 gramos menos de grasa si es grillado en lugar de frito y empanizado. Si prefieres pizza, reemplaza parte del queso por vegetales.

En muchas tiendas, las prendas solo vienen en talles pequeños y limitan mucho la variedad y la oferta. Y donde venden tallas más grandes, el buen gusto parece haber dicho “ausente” o los precios son casi inaccesibles por ser considerados “especiales”, y la mayoría solo son en tonos oscuros.

Mercedes Delía tiene 43 años y está feliz de volver a la talla “M”. Retomó el deporte, actividad que casi había abandonado porque no sabía qué ponerse. Dice que cambió su filosofía de vida, y ya no vive para comer, sino que come para vivir. Ya perdió 66 lb (30 kg).

Tras el nacimiento de sus 3 hijos no pudo recuperar su peso habitual. Probó sin éxito con auriculoterapia, clubes de dieta y terapéuticos hasta que en 2011 le colocaron un balón gástrico. Al principio le provocaba vómitos, hasta que su organismo se acostumbró… pero no le sirvió para adelgazar.

Hace 8 meses le hicieron un bypass gástrico y esta vez le dio resultado. Y si bien siempre se consideró una mujer feliz, a veces cree que era “para fuera” ya que por dentro, se sentía triste. Todo quedó atrás, con la contención y el apoyo de su marido y sus hijos. Para ella, fue “la mejor decisión que tomó”.

Es un globo de silicona que se coloca y se infla en el estómago mediante una intervención ambulatoria. Al ocupar espacio da sensación saciedad y ayuda a reducir el consumo de alimentos. Su uso debe estar acompañado de una dieta baja en calorías y crea nuevos hábitos de alimentación que ayudan a seguir bajando.

Cuando Dan Collins se graduó en la universidad pesaba 239 libras (108 kg) pero al tiempo logró bajar de peso. El cambio le dio confianza en sí mismo y lo ayudó a insertarse en la vida en sociedad luego de años de ser lo que el llama “un obeso ermitaño”. Bajó 56 libras (25 kg).

Pudo cumplir su sueño de tomar clases de esgrima y hasta ganó premios en florete, sable y espada. “Perder peso me dio coraje para salir al mundo y estar con chicas, cosa que no hacía cuando tenia sobrepeso. Los gordos no consiguen novia”, relata Dan, que quiere compartir sus logros con todos.

Para bajar de peso, en lugar de 8 cucharadas de helado, Dan comía solo una. Empezó a cenar temprano, antes de las 9 PM y adoptó una rutina de ejercicio con bicicleta fija y pesas, y al tiempo, esgrima. A los 51, se mantiene delgado con ejercicio ¡y sigue vigilando el tamaño de las porciones!

En una etapa de su vida Steve Siebold subió mucho de peso y se sintió avergonzado. Pero descubrió la energía de las técnicas de programación mental y logró bajar en poco tiempo. Sus resultados le abrieron un camino para difundir sus experiencias, y escribió varios libros donde intenta ayudar a otros. Bajó 40 lb (18 kg).

Hace 10 años la vida de Steve transcurría entre aeropuertos y se alimentaba a base de comidas rápidas, donas y pizza. Pasó de ser un tenista profesional (rankeado entre los primeros 500 del mundo) a un “gordito”, tras haber abandonado la dieta sana y su rutina de entrenamiento.

En una fiesta encontró personas que no veía hacía tiempo y notó que lo miraban como si no pudieran creer el cambio. Siempre había estado en forma y ahora "lucía" un estómago abultado. Pero comenzó una dieta con un duro entrenamiento 5 días a la semana y técnicas de concentración, y en 12 semanas volvió al peso normal.

Steve se especializó en el manejo del pensamiento crítico y el entrenamiento mental para poder alcanzar los objetivos personales. Y utilizó esta técnica para reforzar su deseo de bajar de peso y recuperar el estado físico que siempre había tenido como deportista profesional.

Además de las ventajas descriptas, la pérdida de peso impacta favorablemente en la salud. Por ejemplo, se reduce el riesgo de enfermedades cardíacas, ya que con menos tejido graso, el cuerpo pierde volumen y facilita al corazón la tarea de irrigarlo.

La obesidad suele aumentar el colesterol y el depósito de placas de sustancias grasas, tejido y calcio en las arterias. Esto provoca su endurecimiento y puede llegar a bloquearlas, causando un ataque cardíaco o un ACV si se interrumpe el flujo de sangre al cerebro.

El exceso de grasa en las vías superiores dificulta la respiración. Durante el sueño se producen apneas, donde la persona deja de respirar durante un corto período. Esto se traduce en un sueño interrumpido sin el adecuado descanso, por eso muchas personas obesas siempre están cansadas.

Otros riesgos de la obesidad son la diabetes tipo 2 y ciertos tipos de cáncer como el de colon, recto, esófago, riñón, pecho y próstata. Con el peso se dañan las articulaciones y aumenta la probabilidad de tener osteoporosis. También hay más riesgos de disfunción eréctil e infertilidad.