Los 10 alimentos más fraudulentos

De acuerdo con una encuesta, menos de un tercio de los nutricionistas las recomiendan y aún así casi tres cuartas partes de los estadounidenses promedio las consumen. Y es que algunos tipos de granola contienen azúcares y grasas en exceso.

Se vende como una alternativa light para la alimentación; sin embargo, estos productos utilizan altas cantidades de azúcar para realzar el sabor.

Muchas barras nutricionales suelen consumirse como snack entre las comidas. No obstante pueden contener elevados niveles de grasas trans, poliinsaturada, así como aceites hidrogenados y azúcares refinados. Además, algunos de estos productos suelen tener una carga calórica equivalente a la de un chocolate.

Pese a que es considerado como un alimento altamente nutritivo, los altos niveles de grasas que contienen los lácteos y sus componentes químicos lo vuelven un producto a evitar. Además, aumentaría el riesgo de cáncer de próstata y ovarios.

La miel, en su composición más natural aporta una buena cantidad de vitaminas y minerales para un sinfín de problemas de salud. No obstante, cuando es adulterada con soluciones de glucosa o alto contenido en agua, sus propiedades positivas comienzan a disminuir considerablemente.

Otro producto con varias bondades saludables, pero también es igual de falsificado es el aceite de oliva. De hecho, se han encontrado varias marcas comerciales que lo único que contienen en la composición de sus productos es una mezcla de diferentes aceites baratos junto con clorofinila, un aditivo que intensifica el color verde.

Aunque está comprobado que consumir jugo de granada puede ayudar a prevenir ciertos problemas de salud, varios de los jugos que se venden en supermercados y que presumen ser de granada, están hechos con jugos uvas.

La carne de cangrejo que se anuncia en muchos de estos platillos en realidad pertenecen al kamaboko, una pasta hecha con varios mariscos procesados al que después se le añade aromatizante de cangrejo.

El consumo moderado de chocolate ayudaría a prevenir futuros problemas del corazón. Sin embargo, en el caso del chocolate blanco, al no contener flavonoides (compuestos capaces de mejorar el trabajo cardiovascular y ayudar la memoria) no cumpliría esta función. En estos casos el chocolate negro es la mejor opción.

Muchas personas suelen agregar a sus desayunos un poco de jarabe de arce bajo la creencia que se trata de un alimento saludable. Y aunque en efecto lo es, lo que no saben es que muchos de estos productos no son auténticos, sino por el contrario, contienen en su mayoría jarabe de maíz y diversos aditivos artificiales con cero valor nutritivo.

The New York Times, Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA), Escuela de Salud pública de la Universidad de Harvard y Pharmacopeial Convention’s Food.