El planeta se está ahogando

En su informe anual, la Organización Metereológica Mundial (OMM) alertó sobre un nuevo máximo sin precedentes en 2013 de gases de efecto invernadero en el ambiente, a causa de los niveles elevados de dióxido de carbono. Estos efectos derivan en la aceleración del cambio climático, cuyas consecuencias serían devastadoras.

Se trata de un conjunto de gases como el vapor de agua (H2O), el dióxido de carbono (CO2) y el metano (CH4), los cuales absorben radiación solar, y provocan que la tierra se caliente más de lo que debería. Pese a que estos gases se producen de forma natural, la actividad humana ha acelerado este proceso.

Se pueden producir este tipo de gases de dos maneras. La primera es de forma natural mediante la respiración de las plantas y animales, así como de la descomposición microbiana de la materia orgánica. La otra vía es con el uso de combustibles fósiles como el petróleo, gas natural y carbón.

De acuerdo con el boletín de la OMM, tan sólo en 2013, la cantidad de CO2 en la atmósfera a escala mundial alcanzó 396,0 partes por millón (ppm) en 2013. Se cree que si sigue creciendo esta concentración al ritmo actual, el promedio anual mundial superará los 400 ppm en 2015 o en 2016.

Además, se detectó que los niveles de CO2 habían aumentado más en los últimos años que durante cualquier otro año desde 1984. Esto podría obedecer a la reducción de la cantidad de CO2 que es absorbido por la biósfera de la tierra sumado al incremento de las emisiones de dicho gas.

Debido a esto, en más del 90% de las grandes ciudades del mundo se respira aire de mala calidad y alrededor de la mitad de la población está expuesta a niveles de contaminación 2.5 veces mayores a lo que establece la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Asimismo, se ha encontrado que respirar aire con varios contaminantes, entre ellos gases de efecto invernadero aumenta las posibilidades de tener problemas de salud. Personas con males del corazón o de pulmón, adultos de más edad y niños tienen mayor riesgo de tener más complicaciones.

Si lo anterior no fuera suficiente, entre 1990 y el 2013 el forzamiento radioactivo, que provoca un efecto de calentamiento del clima también aumentó un 34% a causa de los gases de efecto invernadero de larga duración, como el dióxido de carbono, metano y el óxido nitroso (N2O).

Según el Secretario General de la OMM, Michel Jarraud, “el dióxido de carbono permanece en la atmósfera durante cientos de años y en el océano aún mucho más. Las emisiones de CO2 del pasado, presente y futuro tendrán un efecto acumulativo tanto en el calentamiento de la tierra como en la acidificación de los océanos”.

No sólo el aire se ve afectado sino también las aguas del mundo. Ya que los océanos absorben actualmente una cuarta parte de las emisiones antropógenas de CO2, provocando así que se altere el sistema de carbonatos marinos y provoque un incremento de la acidez en el agua.

De acuerdo con la OMS, las condiciones climáticas provocadas por el calentamiento global también influyen en las enfermedades que se transmiten por el agua o por los insectos, caracoles y otros animales de sangre fría, lo que significa que en un futuro podrían surgir nuevos brotes, así como epidemias.

Por otra parte, un estudio realizado por miembros de la NASA y la Universidad de California, ha encontrado que el calentamiento global ha causado daños irreversibles en secciones de la Antártida Occidental sin nada que impida que los glaciares en esta área terminen por derretirse.

La alarmante situación que se vive ha orillado a que varios líderes mundiales, entre ellos, unos 120 jefes de Estado y gobierno se reunieran en la sede de las Naciones Unidas, en Nueva York, para tratar de encontrar soluciones y frenar la creciente amenaza de calentamiento global.

Dentro de las acciones de la cumbre destaca el compromiso del presidente Barack Obama por negociar con el fin de disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero que se producen en Estados Unidos, ya que es una de las economías que más los emiten al igual que China.

Entre otros anuncios, también destacó el compromiso que hizo la Unión Europea de adoptar un plan para reducir en un 40% sus emisiones de contaminantes y otro para incrementar su ayuda en este sentido a todo el mundo. De igual forma, Alemania y Francia ofrecieron cada uno mil millones de dólares para combatir el cambio climático.

Estos y otros compromisos dibujan el panorama rumbo a la Conferencia sobre Cambio Climático, que está programada a realizarse en 2015 en la ciudad de París, Francia. Mientras tanto, las cantidades de contaminantes en el aire sigue siendo exorbitante y la situación, expone la salud de los habitantes y del mundo entero.

Usar medios de transporte no contaminantes, promover el reciclaje, apostar por fuentes de energía como la solar, eólica o hidráulica, fomentar la reforestación, dar más importancia a los análisis de impacto ambiental o exigir la gestión sostenible a largo plazo para los recursos naturales son parte de un cambio.