¿Cuántas veces has salido sin desayunar o te has ido a dormir sin cenar? La gente se salta las comidas por diversas razones, tales como un horario ocupado, el estilo de vida o porque están tratando de perder peso. Sin embargo, evitar el desayuno, comida o cena puede tener consecuencias inesperadas para la salud y el metabolismo. Mira cuáles son los riesgos
Arrancar el día sin desayunar aumenta las posibilidades de desarrollar diabetes, toda vez que tomar este alimento ayuda a mantener estables los niveles de azúcar en sangre y la producción de insulina. Según un estudio del Instituto Nacional sobre el Envejecimiento de EE.UU., las personas que se saltan las comidas tienen elevados niveles de glucosa en ayunas y un retraso en la respuesta de insulina, condiciones que si persisten a largo plazo, podría conducir a la diabetes.
Si por la mañana va con prisa o no tiene apetito, debe procurar una alimentación que provea todos los nutrientes necesarios sin un exceso de calorías. Intente comer alimentos que sean de bajo contenido graso, pero que contengan una gran cantidad de otros nutrientes, como los cereales y panes enteros, frutas, verduras, leche, yogur, queso, carnes magras y otras fuentes de proteínas.
Omitir alguna de las comidas, principalmente el desayuno es una mala costumbre que, a largo plazo, puede pasarnos factura, así lo advierte un estudio de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard. Según los investigadores los hombres que no toman desayuno tienen un 27% más de posibilidades de sufrir una ataque cardíaco o una enfermedad cardíaca mortal.
"No hay que saltarse el desayuno. Tomar el desayuno supone un menor riesgo de ataques cardíacos. Incorporar muchos tipos de alimentos saludables al desayuno es una manera fácil de asegurarse de que la comida proporciona la energía adecuada y un equilibrio saludable de nutrientes, tales como proteínas, carbohidratos, vitaminas y minerales", recomienda Leah E. Cahill, autora del estudio.
Dejar de consumir alimentos a la hora de la comida, desayuno o cena parece ser una forma rápida de bajar de peso, ya que representaría ingerir menos comida y calorías. Sin embargo, esa creencia es sólo un mito, la realidad es que al dejar de comer algún alimento el metabolismo se desequilibra y se vuelve más lento, lo que a su vez hace que se gasten menos calorías, se almacene más grasa y aumentes de peso.
Comer a la mañana permite que el metabolismo se ponga en funcionamiento, según explica Elisabetta Politi del Centro de Dieta y Actividad Fisica de la Escuela de Medicina de la Universidad Duke. “Al saltarse el desayuno, se deja al cuerpo en ayunas por 15 o 20 horas, de modo que no se producen las enzimas necesarias para metabolizar la grasa y bajar de peso.
Los jóvenes que descuidan el desayuno o comen un desayuno pobre, tienen un 68% más de posibilidades de desarrollar síndrome metabólico (obesidad abdominal, altos niveles de triglicéridos, niveles bajos de colesterol bueno, hipertensión y altos niveles de glucosa en sangre) en la edad adulta, según un estudio del Departamento de Medicina Clínica y Salud Pública de la Universidad de Umea, en Suecia.
El metabolismo es el proceso que usa el organismo para obtener o producir energía por medio de los alimentos que ingiere. Si una persona comienza a saltarse las comidas y restringir el número de calorías que consume a lo largo del día, el metabolismo se adapta a la nueva situación y gasta el mínimo de energía, lo que provoca que no se pierda peso. (Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU.).
Según la Asociación Americana de Nutrición, el desayuno debe aportar proteínas, grasas y carbohidratos para que el cuerpo tenga suficiente "combustible" para pasar todo el día. Algunos alimentos como el yogur, la leche y el queso tienen estos tres componentes, otros se deben combinar entre sí para lograr una comida completa.
Saltarse alguna comida, principalmente el desayuno puede incrementar las ansias por alimentos grasos y ricos en calorías. De acuerdo con una investigación del Imperial College de Londres, en Reino Unido ignorar la primera comida del día favorece una dieta desequilibrada y potencia la voracidad, podrías acabar ingirieron 20% más calorías.
En lugar de saltarse las comidas, la clave es quemar más calorías que las que se consumen y controlar las porciones. Ponte como objetivo ingerir más fruta y más verdura, reducir de forma considerable las carnes grasas (como las hamburguesas y las salchichas), los alimentos fritos y grasosos y los dulces, bebe más agua en vez de bebidas azucaradas, como los refrescos y las bebidas deportivas.
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6. Dolor de cabeza
Brincarse los tiempos de comida u omitirla es un detonador del dolor de cabeza y puede empezar a doler incluso antes de que comencemos a notar que estamos hambrientos. Según un estudio de la National Pain Foundation de Estados Unidos, tener hambre puede conducir a un bajo nivel de azúcar en sangre, lo que a su vez, puede causar un dolor de cabeza.
Al omitir alguna comida se disminuye la cantidad de vitaminas, minerales, proteínas u otros nutrientes importantes que el cuerpo necesita para funcionar correctamente. El desequilibrio de nutrientes puede causar náuseas, fatiga, estreñimiento y baja presión arterial.
En Estados Unidos, de acuerdo con un estudio del grupo de investigaciones de mercado National Eating Trends (NPD Group), uno de cada 5 adultos, es decir, unas 60 millones de personas, no comen o no beben nada cada mañana o eligen opciones pobres en nutrientes. Alrededor del 18% de dicha cifras son varones y el 13% mujeres entre los 35 y 54 años de edad.
